Historia del trampero
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Duelos terminados: 4/4
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Diálogo inicial
Ayer visité al Viejo Trampero, seguro que lo conoces. Vive cerca del Cañón de la Serpiente de Cascabel. Me contó una historia sobre sus aventuras, es una persona increíble. Deberías conocerle y escuchar sus historias, está más que encantado de compartirlas con los demás. No te arrepentirás de pasar tiempo allí.
Diálogo final
¡Disfruta de tu tiempo con él!
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Termina: Duelo (Salvar el saloon, parte 2)
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Comienzo de la historia
Diálogo inicial
Me alegro de verte, no a mucha gente le gustaría escuchar mis historias. Pasé mi vida en el Salvaje Oeste, seguro que no fue aburrida. Viví muchas aventuras antes de decidir establecerme aquí y pasar el resto de mi vida en paz. Hoy puedo contarte la historia de cómo ayudé a rescatar a la familia de mi amigo. Yo era un joven de unos 25 años cuando ocurrió aquello. Mi amigo, Kele, necesitaba ayuda en su tienda. Por supuesto, decidí ayudarle. Se suponía que volvería al día siguiente, pero me encontré con él mucho más tarde. Así empezó una de mis historias.
Diálogo final
Me alegro de verte, no a mucha gente le gustaría escuchar mis historias. Pasé mi vida en el Salvaje Oeste, seguro que no fue aburrida. Viví muchas aventuras antes de decidir establecerme aquí y pasar el resto de mi vida en paz. Hoy puedo contarte la historia de cómo ayudé a rescatar a la familia de mi amigo. Yo era un joven de unos 25 años cuando ocurrió aquello. Mi amigo, Kele, necesitaba ayuda en su tienda. Por supuesto, decidí ayudarle. Se suponía que volvería al día siguiente, pero me encontré con él mucho más tarde. Así empezó una de mis historias.
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Familia desaparecida
Diálogo inicial
Al día siguiente decidí comprobar qué le pasaba, nunca llegaba tarde. Era una persona que siempre te espera, pero tú nunca le esperas. Por eso me preocupé tanto. Cogí mi caballo y exploré las ciudades y praderas de los alrededores. No encontré nada, ¡literalmente nada! No estaba en su casa, ni en el hospital, ni en el bosque. ¡Tenía que pasar a la acción! Su casa estaba vacía, ¡su mujer y sus hijos tampoco estaban! Primero pregunté por ellos a nuestro taquillero local, también comprobé la prisión local con un abogado. De nuevo, nada.
Diálogo final
El pozo está vacío, y el río tampoco tiene casi agua.
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Evidencia importante
Diálogo inicial
Decidí hablar con el sheriff. ¡Habían desaparecido 5 personas! Nunca me había pasado, además yo vivía en la pradera, no en una ciudad. Por suerte, el sheriff era una persona muy amable y decidió actuar de inmediato. Llevamos comida para nuestros caballos, comprobamos su estado de salud y empezamos a registrar todos los lugares posibles. Al cabo de un rato, el sheriff decidió comprobar solo la casa de mi amigo.
Diálogo final
El sheriff descubrió la cruel verdad: mi amigo fue secuestrado. Eso le llevó a suponer que los 5 desaparecidos fueron secuestrados. La prueba más importante era un sombrero. El sheriff estaba seguro de qué conocido bandido llevaba ese sombrero. No había tiempo que perder, así que empezamos nuestro viaje hacia la casa del bandido.
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Rescate de los rehenes
Diálogo inicial
La casa de Bandit se parecía a todas las demás casas de la ciudad excepto en un detalle: todas las ventanas estaban cubiertas con contraventanas. Las puertas traseras estaban inclinadas, esa era nuestra oportunidad de entrar en la casa y rescatar a los rehenes. El sheriff abrió la puerta lentamente y entonces todos oímos un chirrido extremadamente fuerte. En un segundo los bandidos estaban al lado apuntando a nuestras cabezas y nosotros a las suyas. Recuerdo algunos disparos, ¿cuántos se produjeron? No puedo decirlo, pero seguro que muchos.
Diálogo final
Por desgracia, perdimos. Los bandidos nos hirieron hasta el punto de que no fue posible escapar. Limpiaron nuestras heridas, nos ataron y nos metieron en el sótano. Estaba seguro de que ése sería mi último día... Al menos nos encontramos allí con todos los rehenes. Estaban vivos.
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Día de la fuga
Diálogo inicial
Pasamos días en el sótano, cuando toda la ciudad buscaba al sheriff que desapareció en circunstancias inexplicables. También preguntaron a los bandidos, pero, por supuesto, les engañaron con la respuesta. Yo lo oía todo, pero mi voz era demasiado débil para gritarles. Un día, cuando ambos nos recuperamos lo suficiente, fue el día de la huida. Teníamos que escapar de aquel sótano sucio y mohoso. Los hábitos de los bandidos eran los mismos todos los días: darnos comida, realizar pequeños robos y pasar el resto del día jugando a las cartas. Aquel día, uno de los bandidos se olvidó de cerrar la cerradura de nuestro olor. Este era el único momento, o huir ahora, o nunca. Nos pusimos los zapatos, cogimos algunas bebidas de la cocina y corrimos, corrimos lo mas rapido que pudimos.
Diálogo final
Estuvimos corriendo durante horas hasta que llegamos a casa de Kele. Estábamos a salvo, pero los bandidos seguían libres.
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